En realidad es un poco de ambas cosas. No puedo evitar llorar cada vez que pienso en que hace mas de 5 meses que no te conectas (sin tener en cuenta el día de tu cumpleaños). Odio pasar largos períodos sin saber de ti. Me encantaría que tuvieras un lugar donde escribieras y yo poder comentar.
Y no puedo, tampoco, evitar debatirme entre aceptar o no que estoy enamorada de quien no quiero (o debo...), porque no hay la más mínima posibilidad de estar juntos. Y no puedo evitar torturarme pensando que no soy correspondida, que es la más fácil de todas las opciones.
Por supuesto que me importa que me eches de menos. Al fin y al cabo, yo lo hago cada día.
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